Cazando al camarero italiano

COMPARTIR:

Después de un orgasmo la vida se ve diferente. Se liberan endorfinas, dopamina y oxitocina, hormonas que ayudan a aumentar la felicida...

Después de un orgasmo la vida se ve diferente. Se liberan endorfinas, dopamina y oxitocina, hormonas que ayudan a aumentar la felicidad y reducen la ansiedad y la tensión acumulada. Y yo tenía mucha tensión acumulada.

Mi encuentro con Lara me envolvía en un estado absoluto de nervios, vergüenza y preocupación. Nos conocíamos desde niños, nos habíamos visto crecer, llorar, reír, caer, y también habíamos tenido grandes orgasmos juntos.

Lara, Lara era la persona con la que más orgasmos había tenido hasta entonces, existía un vínculo especial que nos mantenía unidos, algo que por aquella época no alcanzaba a valorar, pero que el tiempo, el tiempo me enseñaría cuán importante era para mí.

Yo iba a ver a la Lara de siempre mientras ella vería a otro James.

Y siendo la única persona a la que le había confesado mis sentimientos, encontrarme cara a cara con ella me hacía sentir desnudo, completamente desnudo, desnudo  y vulnerable.
Pero los amigos, la verdadera amistad, no necesitan verse todos los días, ni siquiera tener un contacto diario, porque cuando llega el momento y están de nuevo cara a cara, es como si el tiempo no hubiese pasado.

   — Ahora entiendo muchas cosas, James. El por qué de tu distanciamiento, el por qué de tu falta de claridad.
   — Lo siento mucho, Lara.
   — ¿Sentir qué? ¿Eres bobo? No hay nada que reprochar. Puede que los primeros días te odiara porque no quería entenderte. Y no me malinterpretes, pero te sigo odiando. No a ti, sino al hecho de que ahora seas inaccesible. Te quiero mucho, James. Pero entiendo por lo que estás pasando. Tengo un primo, no sé si lo conoces, Luis, el hijo de mi tía Mari. Lleva seis meses viviendo en Londres. Todo el mundo cree que se fue a aprender inglés, pero la verdad es que mis tíos lo echaron de casa por ser gay. No quiero que te sientas solo. Siempre podrás contar conmigo, James, siempre. Y nunca diré nada que pueda comprometerte.

Guapa, inteligente, de gran corazón, Lara podría haber sido la mujer de mi vida si mi instinto no me llevara a comer pollas.
Aliviado y libre, había encontrado en Lara un gran apoyo. Uno sincero y puro que nos conduciría a forjar una sólida amistad.

Pasado el mal trago del reencuentro, y a gusto con la compañía, acabamos hablando en profundidad de todo y de nada mientras tomábamos un refresco en una terraza.
La conversación había sido fluida, y mi atención se centraba en Lara, bueno, también en el camarero que nos atendía: moreno, guapo, de facciones masculinas y cara de pocos amigos, se defendía bien con el español, aunque tenía un marcado acento italiano que embobecía a cualquiera.

De sonrisa resplandeciente, el camarero conseguía que me perdiera algunos momentos de la conversación con Lara. No tendría más de veintidós años, y llevaba unos pantalones negros de pinza que resaltaban sus pronunciadas nalgas.

Todo en él llamaba mi atención.

Y quizá, quizá yo también llamaba la suya.

Nuestras miradas coincidían con frecuencia. Cuando levantaba la mirada en su busca, ahí estaba, observándome, fiel y atento, no tardaba en atender nuestra mesa.

¿Sería verdad que los italianos la tenían grande?

Hay tíos guapos, tan guapos, que su sola presencia en tu cama hacen la mitad del trabajo. Sí, Giuseppe era uno de ellos. Ya podría tener una polla microscópica o un culo impenetrable, que el simple hecho de interactuar con su cuerpo era motivo suficiente para llegar al éxtasis más desenfrenado. De hecho, era tan guapo, que me estaba apeteciendo comerle la boca, bueno, me apetecía comérmelo entero, de pies a cabeza.

   — ¿Necesitan algo más?
   — No, gracias—respondió Lara.
   — Ahora les atenderá mi compañera. Es mi hora del descanso—y miró exclusivamente para mí.

Hipnotizado por su cuerpo, su cara y su acento, las palabras de Giuseppe parecían una invitación al desenfreno. Y tanto que lo eran. 
Pero por si me cabía alguna duda, sus ojos se clavaron en mí justo antes de desaparecer en la puerta del centro comercial.

   — Lara, enseguida vengo. Necesito ir al baño.

Me levanté con la excitación y los nervios concentrados en el estómago. Y cuando crucé la puerta del centro comercial, Giuseppe estaba ahí, mirando el móvil, de pié. Entonces nuestras miradas volvieron a encontrarse, y mediante una sonrisa tímida, pero seductora por su parte, emprendió el camino hacia el baño más cercano. 

Nervioso, empecé a sentir un tembleque en las piernas mientras seguía sus pasos guardando cierta distancia. Giuseppe era tan guapo que estaba consiguiendo intimidarme, incluso hacerme dudar.

¿Querría algo conmigo?

¿Me estaba invitando a seguirlo?

Cuando entramos en el baño lo seguí hasta los urinarios de pared, sin embargo temí ponerme a su lado, ¿no sería demasiado atrevido por mi parte?

Cuando tu víctima no tiene plumas, cuando su apariencia física no da pista alguna sobre su orientación sexual, siempre es más difícil saber cuándo puedes arriesgarte. Yo tampoco tengo plumas, nadie podría adivinar que me van los tíos, pero, ¿un heterosexual elegiría el urinario de al lado cuando los demás están libres? Aunque físicamente pareciera heterosexual, mi mente pensaba como un cazador gay, y en estos momentos temía equivocarme.

Pero mis piernas tomaron el control, y sin que pudiera remediarlo, me vi a su lado.

¡No mires, James, no mires!

Los heteros tampoco pueden evitar echar un vistazo al pibe que está meando a su lado. Es un acto instintivo, busca medir nuestra virilidad, saber quién es el macho Alfa de la manada. ¿Quién la tiene más grande, tú o yo?

En este caso ganaba yo.

Me encantan los rabos cuando están relajados. Y los hay de dos tipos: aquellos que se muestran tal y como son, y los otros, que permanecen escondidos, sorprendiendo gratamente cuando entran en acción. En este caso, el italiano y yo somos de ese primer grupo.

Y aunque yo la tuviera más grande que él, él no se quedaba atrás.

¡Joder! 

Rabo moreno, encapuchado, largo y delgado, ¡mis favoritos! Depilado y con la marca blanca del bañador, el italianini me estaba poniendo cachondo, muy cachondo, y no me podía permitir el lujo de entrar en erección. No, todavía no, pues él, a pesar de mirarme cuando me puse a su lado, había permanecido concentrado en su rabo, sin desviar la mirada para el mío, al menos que yo supiera, claro.

Todavía tenía que aprender a controlar mis impulsos y erecciones, o acabaría teniendo problemas, porque a pesar de intentarlo, en cuanto terminé de mear, mi fiera comenzó a alzarse.

Y arriesgándome a llevarme una hostia, un desplante, o un golpe de indiferencia, empecé a sacudirme el rabo con suavidad, desprendiéndome de las últimas gotas de pis. Luego llegó el estado morcillón, y en poco tiempo, tuve que separarme del urinario para no rozar el mármol con la erección.

Con vistas al italiano buenorro meando, estaba tan excitado y cachondo que no me habría importado masturbarme, aunque solo fuera masturbarme ante él, pero su mano fue directa a mi rabo, y mi mano directa a la suya. 

Su pollón ya estaba tieso, tieso como una vela oscura y morbosa que invitaba a bajarme y lamer con todas mis ganas, pero entraron en el baño, y tuvimos que parar. 
Cada uno debía ocuparse ahora de su polla.

   — Mejor ponte aquí—dijo cediéndome su urinario.

A mi izquierda no habría nada. A mi derecha estaría él, ayudando a tapar mi rabazo empalmado de quienes pudieran entrar, y en cuanto los dos tíos que nos interrumpieron salieron del baño, hicimos el cambio y nuestras manos volvieron a intercambiarse las pollas.
Pero no aguantaba más, necesitaba sentirla en mi boca.

Entonces me incliné y joder, le olía el rabo a rabo. Un puto olor más que agradable que indicaba que hacía algunas horas que se había duchado. Oh, sí, un rabo oliendo a rabo de macho que me puso a mil conduciéndome a un deseo irresistible de metérmelo en la boca. 

Y lo hice, claro que lo hice, rápido y sin pensarlo comencé a saborearlo, pero otra vez se abrió la puerta, y otra vez tuve que volver a la postura inicial donde solo podía tocar mi polla.

Pero el nuevo visitante entró en uno de los cuartos, y durante los escasos minutos que estuvo meando, mi boca volvió a tragarse el largo y moreno pollón del italiano con más ganas y más ansias que antes.

Y otra vez tuvimos que parar. Y otra vez tuve que volver a la postura inicial.

Estaba siendo una situación francamente morbosa y excitante. Oh, sí, incluso más morbosa y excitante que si nos escondiéramos dentro de uno de los cubículos.

Y más que llegaría a ser.  

  • [message]
    • ##check## ¡ADVERTENCIA!
      • Aunque son independientes, los relatos se complementan. ¡No te pierdas ninguno!

COMENTARIOS

BLOGGER: 10
Loading...

Nombre

|RELATOS|,79,69,1,acampada,1,anonimo,1,arabe,17,ascensor,2,baños públicos,14,bareback,8,BDSM,2,Blogger,1,cacaneo,1,cibercita,1,colegas,2,coño,1,corrida,2,corrida precoz,2,corridas,5,cruising,21,culo prieto,7,David,14,desvirgando,1,discoteca gay,2,doble penetracion,4,dunas de maspalomas,2,Facebook,1,fiesta,1,follando borrachos,1,gimnasio,1,guiri,1,hetero,3,hetero con novia,2,italiano,3,jacuzzi,1,jóvenes,2,Khaled,3,lapos,1,leche,3,lefas,10,macarra,2,maestro,1,mamada,6,mamadas,6,morbazo,4,morbo,5,orgía,2,pajote,1,pajote en público,1,pajotes,2,Pillado,2,playa,1,playa nudista,3,pollón venoso,1,preñadas,15,primera vez,2,rabo venoso,7,runner,1,Samuel,4,sauna,1,secuestro,1,sexo,5,sexo anal,1,sexo duro,5,sexo entre primos,1,sexo heterosexual,3,trio,6,Twitter,1,vecino,2,virgen,1,
ltr
item
El Diario Sexual de James: Cazando al camarero italiano
Cazando al camarero italiano
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuwn3mqV0SA5WIUqhVNkSGtgudVWwCdNoHx0S6B3jQL5L_RPrSAENwpFhVliH4l3_E9R6bCVDlC1_pKgXQP8flteGZnANH1yi76qHRuq2n1Nqza6bMsWCq64dHtmEyWMC8Y2mgKvEGQLg/s320/camareroweb1.jpg
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuwn3mqV0SA5WIUqhVNkSGtgudVWwCdNoHx0S6B3jQL5L_RPrSAENwpFhVliH4l3_E9R6bCVDlC1_pKgXQP8flteGZnANH1yi76qHRuq2n1Nqza6bMsWCq64dHtmEyWMC8Y2mgKvEGQLg/s72-c/camareroweb1.jpg
El Diario Sexual de James
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/10/cazando-al-camarero-italiano.html
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/10/cazando-al-camarero-italiano.html
true
2034321977831019154
UTF-8
Cargar todas las entradas No se ha encontrado ninguna entrada VER TODO Seguir leyendo Responder Cancelar la respuesta Borrar Por Inicio PÁGINAS PUBLICACIONES Ver todo RECOMENDADO PARA TI ETIQUETA ARCHIVO BUSCAR TODAS LAS PUBLICACIONES No se ha encontrado ninguna entrada con lo que buscabas Volver al inicio Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Ene Feb Mar Abr Mayo Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ahora mismo hace 1 minuto $$1$$ minutes ago hace 1 hora $$1$$ hours ago Ayer $$1$$ days ago $$1$$ weeks ago Hace más de 5 semanas Seguidores Seguir ESTE CONTENIDO ES PREMIUM Por favor, compártelo para desbloquearlo Copiar todo el código Seleccionar todo el código Todo el código fue copiado a tu portapapeles Si no puedes copiar el código/texto, presiona [CTRL]+[C] (o CMD+C si usas Mac) para copiar