Desvirgando al árabe

COMPARTIR:

La tensión acumulada entre Khaled y yo había culminado con una explosión que iba mucho más allá de un orgasmo. Todavía podía sentir su pol...

La tensión acumulada entre Khaled y yo había culminado con una explosión que iba mucho más allá de un orgasmo. Todavía podía sentir su polla dentro de mí, o su leche derramándose lentamente desde las profundidades de mi culo.

Como un tatuaje ya cicatrizado, la sonrisa de placer que invadía mi cara amenazaba con no irse nunca. Noche de verano, cielo estrellado, el vaivén de las olas golpeando contra la orilla, y Khaled a mi lado, tumbados sobre la fría arena, disfrutando del post polvo. 

No quería que la noche terminara, tampoco que lo hiciera este momento.

   — Si pudieras viajar a cualquier lugar, ¿a dónde irías?

Khaled se mostró pensativo mientras parecía no querer perderse ningún detalle del sinfín de estrellas que nos observaban. Durante segundos no dijo nada. Se mantuvo quieto, relajado y sonriente.

   — Me perdería en una isla desierta. Lejos de todo—pausó brevemente—, y de todos.

Los duros golpes de indiferencia que me había llevado por su parte desde que lo conociera, hacia meses, en otra playa, de repente habían vuelto más fuertes que nunca. Sí, me costaba entender su actitud para conmigo. A veces atento, cariñoso y delicado. Otras, otras todo lo contrario.

¿Jugaba conmigo? 

Si algo tenía claro es que existían dos tipos de Khaled. Uno cuando estaba conmigo, donde sus gestos, sus miradas, y su forma de tocarme, decían una cosa. Pero el otro Khaled… ese otro, siempre, siempre, se encargaba de echar por tierra todo lo construido.

¿Quién era? ¿Qué sentía? ¿En qué pensaba?

Me gustaba todo de él. Desde lo poco y bueno que conocía, hasta todo lo malo que pudiera ocultar. Ambos Khaled despertaban mi curiosidad como nada ni nadie lo había hecho.

   — ¿Te vienes conmigo?
   — ¿A dónde?—pregunté extrañado. 

Mis pensamientos me habían trasladado lejos de esta playa. Me habían alejado de Khaled.

   — A mi isla desierta.
   — ¿Tú y yo solos?
   — ¿Necesitas a alguien más?
   — No—respondí con seriedad—. La verdad es que no.
   — Yo tampoco.

Y me sacó una sonrisa.

   — Eso lo dices ahora, pero a saber cuándo te volveré a ver.

Suspiró, angustiado.

   — Si pudiera, te vería todos los días.
   — ¿Y no puedes?
   — No.
   — ¿Por qué?
   — Olvídalo.
   — Pero…—me interrumpió.
   — ¡Olvídalo, James!
   — Es por la piba de la discoteca, ¿no? 
   — ¿Qué? ¡No!
   — ¿No es tu novia?
   — No, James. No tengo novia.
   — ¿Novio?
   — ¿Qué dices? ¡No!
   — ¿Entonces? ¿Por qué siempre desapareces? ¿Por qué solo nos vemos cuando tú quieres?
   — No debería haber venido—sentenció, inquieto.

Y poniéndose en pie, se alejó unos centímetros dándome la espalda.

   — Quizá tengas razón, Khaled. Quizá no deberías haber venido.

Volvió hacia mí, enfurecido y serio, muy serio.

   — Pues sí, quizá tenga razón.
   — Quizá la tengas.
   — Sí, quizá.
   — O quizá no.

Y abalanzándome sobre él nos besamos, rabiosos y enloquecidos.

Sus manos, grandes y fuertes, me bajaron los pantalones mientras yo le quitaba la camisa. 
Y volvimos a besarnos, rabiosos, enloquecidos, y cachondos, muy cachondos.
Mis manos bajaron sus pantalones, las suyas me quitaron la camisa.
Y volvimos a besarnos, más rabiosos, más enloquecidos, y más cachondos, sí, todavía más de lo que ya estábamos.

Entonces me dio la vuelta, me bajó los calzoncillos, y se pegó a mí, permitiéndome sentir su rabo duro en mi culito, pero me di la vuelta, me dirigí a su boca, y otra vez, salvajemente, nos besamos mientras mis manos liberaban su polla.

   — ¡Date la vuelta!—ordené.
   — ¿Qué? ¡No!
   — ¡Date la vuelta, Khaled!

Y accedió.

De espaldas a mí, su culo peludo quedaba a la altura de mi rabo, y rodeándolo con mis brazos, mi mano se hizo con su polla en tanto mi boca lamía su oreja, su cuello y su nuca.
Estaba cachondo, muy cachondo, y de repente también nervioso.

Cuando conduje mi rabo hasta sus nalgas, primero pasé el cabezón entre ellas, luego dejé que atraparan mi polla, y las ganas de correrme me invadieron. Estaba tan excitado, había fantaseado tanto con este momento, que no sabía si podría penetrarlo sin que mi leche saliera disparada antes de tiempo.

   — Ten cuidado, por favor. Nunca lo he hecho.

Sus palabras me encendieron, provocando que mi polla disparara precum como un puto cerdo. Su agujero, prieto y virgen, desprendía calor, mucho calor. Khaled era mío, por fin era mío, y ahora sentiría mis 22.5 centímetros de carne dura y cachonda dentro de él.

Y meneando su polla, y comiéndome su cuello, mi rabo empezó a abrirse camino dentro de su delicado agujero mientras Khaled gemía aguantando el dolor, y disfrutando del placer.
También gritaba, gritos reprimidos de machote, que me encendía más, y más.

No podía atravesarlo con mi rabo. No, no podía metérselo entero. Debía ir con cuidado. Quería ir con cuidado, saborear cada momento, disfrutar de su cerrado agujero.

Despacio, muy lentamente, fui embistiéndolo con delicadeza, guiándome por sus gritos, por sus gemidos, y por sus jadeos. Su rabo palpitaba, su culito se contraía, y sin darme cuenta, mi polla iba avanzando cada vez más, y más.

Entonces la sacaba procurando que el cabezón continuara dentro, y otra vez, muy despacio, volvía a meterla, sin dejar de menearle el rabo con suavidad.

Me sentía poderoso dominando al dominante, teniendo mi polla dentro de su abismo inexplorado, a mi merced. 

Con más ritmo, y con menos gritos reprimidos de dolor, me lo fui follando con más fuerza, aunque despacio, siempre con delicadeza, mucha delicadeza, luchando contra las intensas ganas de petarle el culo con mi leche, pero él no aguantaba más, y su lefa empezó a brotar por mi mano mientras su culo se follaba mi rabo con tantas ganas que mi leche salió disparada. Entonces mi instinto se apoderó de mí, y embistiéndolo con fuerza, una y otra vez, una y otra vez, se podía escuchar cómo mi polla y mi leche se unían a su culo para siempre.

   — ¿He sido el primero?

Pregunté después de vestirnos y tumbarnos nuevamente sobre la fría arena.

   — El único.

Sonreí, pletórico.

   — ¡Joder, James! Me lo pones muy difícil.
   — ¿El qué?
   — Lo nuestro debió acabar donde empezó. 
   — ¿Qué?—añadí, sorprendido—. ¿Por qué?
   — Me estoy jugando mucho, James. Y tú también. 
   — ¿Qué? ¿A qué te refieres?
   — Ahora me importas, pequeñín.

Sonreí.

   — No, no sonrías, James. Ahora tú también estás en peligro.

  • [message]
    • ##check## ¡ADVERTENCIA!
      • Aunque son independientes, los relatos se complementan. ¡No te pierdas ninguno!

COMENTARIOS

BLOGGER: 15
Loading...

Nombre

|RELATOS|,79,69,1,acampada,1,anonimo,1,arabe,17,ascensor,2,baños públicos,14,bareback,8,BDSM,2,Blogger,1,cacaneo,1,cibercita,1,colegas,2,coño,1,corrida,2,corrida precoz,2,corridas,5,cruising,21,culo prieto,7,David,14,desvirgando,1,discoteca gay,2,doble penetracion,4,dunas de maspalomas,2,Facebook,1,fiesta,1,follando borrachos,1,gimnasio,1,guiri,1,hetero,3,hetero con novia,2,italiano,3,jacuzzi,1,jóvenes,2,Khaled,3,lapos,1,leche,3,lefas,10,macarra,2,maestro,1,mamada,6,mamadas,6,morbazo,4,morbo,5,orgía,2,pajote,1,pajote en público,1,pajotes,2,Pillado,2,playa,1,playa nudista,3,pollón venoso,1,preñadas,15,primera vez,2,rabo venoso,7,runner,1,Samuel,4,sauna,1,secuestro,1,sexo,5,sexo anal,1,sexo duro,5,sexo entre primos,1,sexo heterosexual,3,trio,6,Twitter,1,vecino,2,virgen,1,
ltr
item
El Diario Sexual de James: Desvirgando al árabe
Desvirgando al árabe
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiNOqHCx4aLiaY78HmHa0AoYI6b7AQwOXWgGhZqUh3f6IE3T_kzi6RIYxgCwPXNU4Z_z4xsK8NnsYKmRkIREQkCj8OZhlpHYmWZchYoeNx1frJu2gcLYNYD5-NiplQTKhZGOp8udZwJ_A/s320/arabeweb-1.jpg
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiNOqHCx4aLiaY78HmHa0AoYI6b7AQwOXWgGhZqUh3f6IE3T_kzi6RIYxgCwPXNU4Z_z4xsK8NnsYKmRkIREQkCj8OZhlpHYmWZchYoeNx1frJu2gcLYNYD5-NiplQTKhZGOp8udZwJ_A/s72-c/arabeweb-1.jpg
El Diario Sexual de James
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/09/desvirgando-al-arabe.html
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/
http://eldiariosexualdejames.blogspot.com/2016/09/desvirgando-al-arabe.html
true
2034321977831019154
UTF-8
Cargar todas las entradas No se ha encontrado ninguna entrada VER TODO Seguir leyendo Responder Cancelar la respuesta Borrar Por Inicio PÁGINAS PUBLICACIONES Ver todo RECOMENDADO PARA TI ETIQUETA ARCHIVO BUSCAR TODAS LAS PUBLICACIONES No se ha encontrado ninguna entrada con lo que buscabas Volver al inicio Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Dom Lun Mar Mié Jue Vie Sáb Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Ene Feb Mar Abr Mayo Jun Jul Ago Sep Oct Nov Dic Ahora mismo hace 1 minuto $$1$$ minutes ago hace 1 hora $$1$$ hours ago Ayer $$1$$ days ago $$1$$ weeks ago Hace más de 5 semanas Seguidores Seguir ESTE CONTENIDO ES PREMIUM Por favor, compártelo para desbloquearlo Copiar todo el código Seleccionar todo el código Todo el código fue copiado a tu portapapeles Si no puedes copiar el código/texto, presiona [CTRL]+[C] (o CMD+C si usas Mac) para copiar